Entrevista a Laura Galín, instructora de Hatha Yoga, en Instituto de Danzas Laura Galin
La conocí a Laura en el 2019, cuando organizaba el Tedx Paysandú. Fue la sanducera elegida para exponer una de las 5 charlas inspiradoras.
Me la recomendaron con vehemencia: bailarina, coreógrafa y actriz. Qué le iba a poder faltar a esa charla.
Dentro de las conexiones que suceden, me encontré en el 2020 trabajando juntos por su gran amor: el Instituto de Danzas Laura Galin, que ya tiene más de 30 años de trayectoria.
Y en este camino que empezamos andando, nos cruzamos con el COVID-19, pero además con el Yoga.
UN POCO DE CALMA EN EL MUNDO DEL CORONAVIRUS
Si bien la disciplina del Yoga es una discilpina milenaria, y ya estaba instalada hace mucho en Uruguay, en tiempos de pandemia se convirtió en la elite de la publicidad digital.
Opciones de clases virtuales no faltaron y para muchas personas les resultó el momento indicado de explorar esta actividad, porque si hay algo que a todos nos transporta la palabra Yoga es a un estado de control de ansiedad y reducción de estrés.
El confinamiento, la convivencia constante con la familia, el cuidado y educación de los niños, el desempleo y la soledad detonaron altos niveles de ansiedad y estrés, y justamente el Yoga fue una de las prácticas elegidas en la búsqueda de lograr calma para seguir adelante con energía.
ENTONCES… ¿DE QUÉ HABLAMOS CUÁNDO HABLAMOS DEL YOGA?
El Yoga representa la unión del cuerpo, la mente y el alma. Nos ayuda a lograr un control sobre nuestra mente y, por tanto, el control de nuestro cuerpo. Aporta muchos beneficios como la reducción de estrés, mejora la circulación sanguínea, el sistema inmunitario y previene algunas enfermedades.
En palabras de Laura, instructora en Hatha Yoga, por Studio Jiva, el Yoga es intentar buscar un equilibrio, alinear, estar con tu cuerpo bien, con tu alma bien y con tu espíritu bien. Si bien trabaja asanas que son puramente físicas, es una disciplina que además genera cambios a nivel energético y a nivel de lo que son la parte mental de concentración y la parte espiritual.
“Es bastante difícil, en estos días más que nada, tratar de alinear nuestro pensar, nuestro sentir y nuestro que hacer, entonces no siempre nos sale, pero la idea es que con estas prácticas podamos ir siendo coherentes entre lo que pensamos, lo que hacemos y lo que sentimos”.
UN CAMINO DE IDA
Los cambios se van notando de a poco. Es un proceso que lleva su tiempo y depende de cada persona, de su perseverancia y constancia.
Los primeros cambios seguramente van a ser a nivel físico y se comienzan a notar en la flexibilidad y en la fuerza. Después, con la práctica constante del Yoga, lo que se denomina las Sadhanas, se va percibiendo que hay mayor concentración y energía.
“Sadhanas es un concepto que refiere a la constancia, a la repetición. Es el tener que hacerlo sí o sí porque tu cuerpo lo necesita. En este proceso, se va notando también que el cuerpo se va nutriendo de una felicidad extrema y no va a poder vivir sin hacer el Yoga. Por lo menos una vez por semana el cuerpo te lo va a pedir, y si no te lo pide el cuerpo, te lo va a pedir tu espíritu”.
LA DANZA Y EL YOGA
Laura comenzó este vínculo con el Yoga hace muchos años. Estudió ballet desde muy chiquita y siendo adolescente, su profesora quiso aportarles, además de flexibilidad, una cuota extra de concentración, motivo por el cual decidió incluir en las clases, el Yoga.
Según nos cuenta, ese fue su primer acercamiento a la disciplina, con 16 años. Ya siendo un poco más grande comenzó a hacer clases, pero siempre fueron muy apuntadas a lo que era toda la parte física, hasta que en el año 2019 tuvo la posibilidad de encontrar el Instructorado de Yoga en Studio Jiva. “Ahí fui descubriendo un poquito más por dentro, sobretodo de la filosofía, de la parte más teórica del Yoga, de esa forma de vivir que en realidad sí tiene que ver con las asanas, con la parte física, pero va un poquito más allá. Creo que a mi realmente me interesaba, porque si bien tengo dominio del cuerpo físico por la danza, estaba muy interesada en ahondar un poco más en todo el conocimiento más teórico, en la filosofía realmente del Yoga”.
UNA VIDA MÁS CONSCIENTE
Cuanto más flexible sea nuestro cuerpo, más lo será nuestra mente. Existen muchas modalidades y estilos de Yoga y todos son aptos para todos, no importa la edad ni la flexibilidad que tengamos. Su práctica nos ayuda a alcanzar nuestras metas, a vivir una vida más consciente.
El cuerpo es regido por los sentidos, y los sentidos son regidos por la mente. Cuando se habla de lograr lo que te propongas, refiere a ese poder mental, el poder lograr eso a lo que realmente le ponés ahínco y te concentres.
Entonces, la parte de meditación lo que hace es sin duda liberar la cabeza, liberar la mente de las trabas, de los malos pensamientos, que hace que a veces uno sienta temor, sienta miedo de realizar algunas cosas, ya sea por miedo al ridículo y al que no te salga por la falta de flexibilidad, en el caso de la danza.
“Lo que hace el Yoga también, es darte esa posibilidad de equivocarte, de poder hacer, de poder repetir, y de que cada vez que vos lo hagas puedas sentir, aunque sea mínimo, un avance, un progreso y eso lo que hace es que esas trabas se vayan diluyendo y de a poquito se pueda ir logrando mayor flexibilidad y mayor concentración. La meditación ayuda a liberar la mente de trabas de malos hábitos, de malos pensamientos, siempre hablando de la parte mental que después va a reflejarse en lo que es el movimiento físico”.
SENTIRLO PARA PRACTICARLO
Nunca es tarde ni temprano para comenzar Yoga. Si bien en muchos casos se puede sentir que dada la edad hay poca flexibilidad como para practicarlo, existen tantos tipos de Yoga que es posible encontrar el que se ajusta a tus necesidades, o incluso a tu edad, condición física o flexibilidad.
Así como hay muchos tipos para adultos, los hay para niños y adolescentes. No tiene que ver con la edad sino con la necesidad de un cambio, con una búsqueda de equilibrio, de plenitud y de mirar para adentro. Porque cuando hablamos de Yoga hablamos de integridad, de integrar cuerpo, mente y alma. “Vos podés ir a un gimnasio, hacer una hora y media de aeróbico y te vas a sentir fantástico, porque estás trabajando tu cuerpo a full, pero de pronto llegás a tu casa y sentís que te falta llenar algo que te está pasando por el cuerpo, desde otro lado, llenarlo desde el alma. Es ahí donde el Yoga entra a jugar, porque va a ir llenando esos espacios que la gente tarde o temprano va necesitando llenar”.
YOGA EN NIÑOS PARA UN ADULTO MEJOR
El Yoga se recomienda para iniciación temprana, aunque una clase de Yoga para niños no tiene nada que ver con una sesión para adultos. Consiste en jugar a través del yoga y que los niños disfruten, sean ellos mismos, se sientan libres y felices.
Algunas de las prácticas que utilizan los profesores son canciones, cuentos, bailes, dibujos y otros recursos a través de los cuales se integran las posturas o asanas, las técnicas de relajación, los mandalas y se incluye un poco de meditación.
“Si le enseñáramos meditación a cada niño de ocho años, eliminaríamos la violencia en solo una generación”. Dalai Lama.
«Hoy por hoy los niños están bombardeados con mucha imagen. Es todo muy inmediato y muy mediático. Entonces, si tenemos la posibilidad de brindarle al niño un espacio para que pueda concentrarse, para que pueda meditar, a su manera obviamente, porque son muy chiquitos, y para que pueda encontrarse con su ser interior desde temprana edad es maravilloso. La iniciación del Yoga en los niños, además de darles el aditamento de la concentración y de la reflexión, proporciona herramientas para cuando estos sean adultos».
El YOGA Y EL BUEN VIVIR
El Yoga se relaciona mucho con los hábitos saludables, dentro de los que encontramos la alimentación. Por regla general, una alimentación saludable es la clave para obtener la energía y el enfoque que necesitas durante cualquier ejercicio.
Hay quienes son más firmes en sus principios y abrazan la filosofía con mucha más pasión que otra, lo que no quiere decir que todo tenga que ser blanco o negro.
Laura ha tomado del Yoga lo que a ella le hace bien y así lo transmite. Su enfoque radica en lo que se trabaja en esta disciplina respecto del buen vivir. El buen vivir, además de tener que ver con los buenos hábitos, dentro de los cuales está la buena alimentación, también implica la parte anímica. Tiene su espacio para la meditación, un espacio para las asanas físicas, donde trabajar con esa nivelación de energías y además considera que “una mente sana y un alma sana van a buscar un cuerpo sano, y un cuerpo sano lo van a encontrar con una desintoxicación, por ejemplo, como no al tabaco, no al alcohol en exceso o la comida nociva. Pero si un pedazo de chocolate al lado del fuego o una copita de vino te hace bien, te hace feliz, considero que es muy atendible. Los buenos hábitos no solamente tienen que ver con el tema de la alimentación, sino también con los buenos pensamientos, las buenas acciones, y el vivir sin violencia hacia nuestro entorno”.
El Yoga va abriendo esos canales que acercan al buen vivir, a la plenitud, para que cada cual se vaya dando cuenta de qué es lo que realmente quiere hacer y ser, y en eso también entran los buenos hábitos.
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